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Es de todos sabido que el hábito del tabaco es extremadamente perjudicial para la salud. Así mismo, también lo es cuando nos vamos a someter a una cirugía en general, y por supuesto más, en el caso de una cirugía estética, porque en la cirugía estética estamos trabajando con un paciente sano que desea una cirugía electiva sólo por el hecho de mejorar alguna parte de su cuerpo, por lo tanto el fumar en esta circunstancia aumenta los riesgos de posibles complicaciones en la misma.
El consumo de tabaco es la principal causa de enfermedad, discapacidad y muerte en el mundo. Si está pensando en realizarse una cirugía estética, es importante dejar de hacerlo de preferencia 4 semanas antes del procedimiento (el mínimo tiempo serían 2 semanas) y mantenerse sin fumar por todo el periodo de cicatrización, aproximadamente 3 a 4 semanas después de la cirugía.
La cuestión es que el cigarro como se comentó, puede causar una complicación en alguna etapa, desde la anestesia hasta la cicatrización.
¿Qué puede pasar?:
* Falta de oxigenación en los organismos y tejidos.
* Peligro de infección.
* Vasoconstricción (los vasos sanguíneos se cierran disminuyendo la circulación) causada por la nicotina.
* Necrosis y/o dehiscencia de los puntos (pérdida de un área de la piel y/o apertura de los puntos).
* Trombosis.
* Embolia pulmonar.
* Desaparición lenta de los hematomas.
* Problemas con la anestesia debido a un aumento de la secreción pulmonar y/o alteraciones de la presión arterial..
* Cicatrización lenta.
Esos son algunos de los motivos por el cual debería confiar cuando le decimos que una cirugía estética y el tabaco no son buena combinación. Cuide siempre de su cuerpo y siga todas las orientaciones dadas por su médico.
